Já se sabia que Patxi Andion, cantor espanhol nascido em Madrid, goza de um carinho muito especial em Portugal. A sua discografia da década de 70 correu paralela ao crescimento da canção nacional e a sua música era reverenciada com o mesmo fervor devotado a grandes como Jacques Brel ou José Mário Branco ou Sérgio Godinho. Voz de uma geração. Ou de tantas gerações, que canções como “Puedo inventar”, “Estrella de La Mar” ou “Como Tu” tiveram o condão de se afirmar perante o tempo.

Em 2011, Patxi Andion celebrou a sua ligação especial a Portugal com quatro concertos que o levaram a recolher entusiásticos aplausos em Lisboa, Figueira da Foz, Guarda e Porto. Reconhecendo essa ligação, Patxi gravou essas apresentações que se traduziram no seu primeiro disco ao vivo, Cuatro Dias De Mayo, agora lançado e que serve de mote a esta apresentação no Misty Fest. Homem das palavras, de canções com um óbvio lastro literário, Patxi Andion é uma adição mais do que natural a um festival onde os autores têm um lugar especial e onde as palavras ressoam sempre com outra intensidade.

Leia o texto que o próprio Patxi Andion escreveu sobre este novo trabalho:

Volver a cantar, siempre es cantar. Quiero decir que por muchas veces que se suba a un escenario, aunque fuera siempre el mismo, la experiencia siempre es nueva, la misma que uno se propone pero diferente, porque la gente hace que las cosas sea siempre distintas. Aunque uno repita la misma canción, por ejemplo, en una prueba de sonido, dos o tres veces, si se graba y luego se oye, te das cuenta que cada vez es otra canción. Las canciones suman vidas, tantas como las personas que las escuchan han vivido llevándolas con ellas, por eso, cuando se cantan canciones que tienen tantas vidas detrás, se pueden sentir esas vidas. El silencio de la gente nunca está callado, siempre suena, suena con la respiración, con los movimientos del cuerpo, con el inconsciente murmullo que acompaña el recuerdo de la canción cuando se oye. Suena, porque cuando la canción es parte de nuestra vida sabemos adonde van sus versos, que pasará con su melodía y adonde, finalmente llegaremos ambos como un acto de amor pletórico y generoso.

Volver a cantar en Portugal, es, además, la renovación de un sentimiento que me acompaña en un país que, como repito incansablemente, considero propio y en donde me siento un orgulloso portugués más. Desde aquel lejano 1969 donde empecé a intentar cantar en Portugal hasta que desde que lo logré hasta hoy, he cantado varias veces, en distintas ciudades del país. De norte a sur, pero siempre en el formato “Banda”. Nunca me he subido al escenario en este formato esencial que resulta de cantar solo. Es un formato casi impúdico, en el que las canciones suenan peligrosamente, solas, abandonadas a si mismas, sin ropa, ni calzado, para que se valgan por si mismas. Y no todas lo soportan, algunas, solo con guitarra y voz, se rinden. Es una situación especial que remite al instante en que el creador ha conseguido darle la forma al sentimiento y entre los versos y la melodía, construir una sensación inteligible. A veces, a mi mismo me da pudor hacerlo por la atmósfera tan despiadadamente sincera que se crea, por eso, los conciertos así, son los que terminan siendo inolvidables. Y al final es desde el recuerdo desde donde se pueden hacer las cuentas del sentimiento.

Cuando demos los conciertos ya estará en el mercado CUATRO DÍAS DE MAYO, mi último disco, el número 20 y primer publicado en directo y de eso también me enorgullezco. Lo grabamos en Portugal en

2011, con la gente de Portugal. Mi gente.